La idea de los parques tecnológicos universitarios, o asociados a universidades, buscan generar y aplicar conocimiento, promover la innovación y desarrollo, promover el desarrollo económico y generar oportunidades de aprendizaje con resultados concretos para estudiantes, empresarios, investigadores, emprendedores y para la comunidad en general. En estos parques se generan oportunidades para unir la academia, con gobiernos locales y nacionales y con empresarios y emprendedores. Importantes universidades del mundo han evidenciado los beneficios de contar con parques tecnológicos: MIT, Stanford, Georgia Tech, Johns Hopkins University, University of North Carolina, Duke University, North Carolina State University, University of Maryland, University of Wisconsin, University of Illinois, Trinity College, University of Warwick, Humboldt-Universitäte, son algunos ejemplos de universidades que cuentan con parques tecnológicos.
El Research Triangle Park es un parque tecnológico ubicado en Carolina de Norte, Estados Unidos en los límites de las ciudades de Chapel Hill, Durham y Raleigh donde se encuentra University of North Carolina at Chapel Hill, Duke University y North Carolina State University. Es el parque tecnológico más grande de Estados Unidos. El parque fue creado en 1959 aunque la idea de su creación surgió varios años antes.
A mediados del siglo pasado, la economía de Carolina del Norte estaba basada en la agricultura, textiles y mueblería. La postguerra estaba complicando la situación económica de la zona. Empresas de muebles estaban migrando hacia el norte del país, las empresas textiles estaban empezando a enfrentar una feroz competencia asiática y el sector agrícola estaba comenzando un proceso de automatización que ponía en riesgo muchos puestos de trabajo. Por lo anterior, académicos de las tres universidades más importantes de la zona: University of North Carolina at Chapel Hill, Duke University and North Carolina State University decidieron unir sus esfuerzos para potenciar la innovación, generar colaboración entre las universidades locales y prevenir la fuga los talentos egresados de sus universidades.
El proceso de establecer el parque fue lento y difícil. La idea se comenzó a gestar a principios de los 1950s. Se invitó a empresas de distintas áreas, tales como farmacéuticas, química, electrónica, ingeniera y forestal. Hacia 1957 más de 200 empresas habían visitado, pero para ese entonces el parque no tenía nada que ofrecer salvo un buen concepto. En 1959 una empresa química de Alabama anuncio su decisión de mudar sus oficinas al Research Triangle. Aun así, pasaron cinco años sin nuevas empresas interesadas. En 1965, casi quince años después desde haber empezado con la idea del parque tecnológico, hubo un vuelco. Se anunció la creación del Centro Nacional de Ciencias Medioambientales para la salud con una inversión de 70 millones de dólares y la empresa computacional IBM anuncio que se ubicaría en el parque. Desde ese momento, el número de empresas y organizaciones que se han instalado en el parque han aumentado hasta convertirse en el más importante de Estados Unidos.
Los largos años en que parecía que la idea no iba a despegar no hicieron dudar a las Universidades que plantearon la idea ni a sus académicos. Cuando a uno de los fundadores le preguntaron qué fue lo que dio origen al parque declaró que era el amor por el Estado de Carolina del Norte: ofrecer buenos puestos de trabajo para la gente de la zona, promover el desarrollo económico de Carolina del Norte y trabajar por la educación tanto dentro como fuera de los campus universitarios. A pesar del lento comienzo, los fundadores nunca dudaron del éxito pues confiaban en los residentes de Carolina del Norte como visionarios. Hoy es uno de los parques tecnológicos más exitosos e importantes del mundo. El sueño de las universidades incluso le ha dado a la zona el título del “mejor lugar para vivir” dentro de Estados Unidos.
Los parques tecnológicos son una buena oportunidad para fomentar el desarrollo económico local y nacional y además para potenciar la innovación y desarrollo. Esto es especialmente importante en países y zonas donde la economía se ha basado principalmente en actividades extractivas, tal como ocurre en Chile. Junto con otras iniciativas, los parques tecnológicos permitirían llegar a niveles más altos de sofisticación productiva y tecnológica beneficiando directamente a las comunidades locales y nacionales.